Martínez Torner, Florentino

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Descripción

Muchos españoles nacidos a fines del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX, estuvieron firmemente convencidos de que para regenerar y modernizar España era necesario invertir en educación y cambiar la monarquía por un gobierno republicano. Florentino Martínez Torner fue uno de estos españoles, y su vida, tanto personal como pública, estará determinada por estas ideas.

No es mucho lo que sabemos de la vida de Florentino M. Torner. La noticia más extensa la publica Constantino Suárez, «Españolito», en su bio-bibliografía de Escritores y artistas asturianos, y es muy probable que fuese hecha con datos proporcionados por el propio reseñado, pues Suárez era compañero de trabajo de su hermano Eduardo en el Patronato de Misiones Pedagógicas, y si podía solicitaba la información directamente a los autores. Por otra parte, también nos han proporcionado información sobre él su hija doña Margarita Martínez Leal, su nieta María Helguera y su sobrino don Antonio Martínez Carrera.

Florentino nació en Oviedo en 1894. Sus padres fueron Antonio Martínez, natural de Llamo, en el concejo de Riosa, industrial instalado en Oviedo, y Filomena Torner, de Vilanova y la Geltrú (Barcelona). Tuvieron seis hijos, todos varones: Fernando, Ricardo, César, Eduardo, Florentino y Antonio. Eduardo, nacido en 1888 y fallecido en Londres en 1955, donde tuvo que exiliarse al finalizar la Guerra Civil, fue un conocido musicólogo, que desde 1916 a 1936 trabajó en el Centro de Estudios Históricos bajo la dirección de Ramón Menéndez Pidal, y donde llegó a ser jefe de la Sección de Musicografía y Folklore. Publicó numerosos estudios sobre música y folclore español, y en 1920 presentó el Cancionero musical de la lírica popular asturiana. Es muy probable que Florentino estuviera en sus primeras décadas de vida muy influido por este hermano mayor.

La vida de Florentino Martínez Torner puede dividirse en tres capítulos. El primero comprende su etapa de formación en Oviedo y Madrid. El segundo abarca su actividad profesional como funcionario del Ministerio de Instrucción Pública y su actividad política, y el tercer capítulo, el más triste y difícil, su exilio en Méjico, donde pasó el resto de su vida, desde 1939 hasta su muerte en 1969.

Florentino estudió en la Escuela Normal de Magisterio de Oviedo. En estos años de estudiante de magisterio participa en una tertulia encabezada por Fernando Señas Encinas y su hermano Eduardo, e integrada por un grupo de jóvenes intelectuales y artistas, que menciona el músico Ángel Muñiz Toca en 1961 y que constituyen el grupo de amigos y conocidos de Florentino en ese tiempo:

«... En torno a Señas y Torner van agrupándose en el «Café Español» otros jóvenes: el escultor Víctor Hevia, el poeta Gamoneda, el maestro de periodistas J. A. Cepeda, el pintor Eugenio Tamayo, el hoy catedrático y cronista de Oviedo Juan Uría Ríu, los hermanos de Eduardo Torner, Fernando el gran Erudito y Floro, publicista y catedrático, el intelectual maestro peluquero Calzón, el literato y filósofo Fernando Vela, el pintor gijonés Evaristo Valle, el que fue profesor de la Universidad de Madrid, José Ramón Pérez Bances; el actual catedrático y director de la Facultad madrileña de Ciencias Político-Económicas, Valentín Andrés; el sacerdote, músico y crítico Secundino Magdalena, y el abogado Guillermo Castañón.»

En 1916, una vez finalizados sus estudios de magisterio en Oviedo, Florentino Martínez Torner se traslada a Madrid para continuar su formación en la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio. Esta escuela se había fundado en 1909 por iniciativa de don Manuel Bartolomé Cossío y estaba inspirada en los principios educativos de la Institución Libre de Enseñanza; su finalidad era formar a inspectores de primera enseñanza y profesores de escuelas de magisterio, es decir, preparar la élite del magisterio en la que los «institucionistas» basaban la mejora del país. Florentino obtuvo en 1919 su licenciatura en la sección de Letras. A este periodo pertenecen los dos trabajos de asunto geográfico y etnográfico que se publicaron en 2005 en el libro titulado Dos estudios geográficos y etnográficos sobre Asturias.

Es probable que durante su estancia en Madrid, Florentino se alojase en la Residencia de Estudiantes, pues allí sabemos que se encontraba su hermano Eduardo.

El segundo capítulo de su vida comienza el mismo año de finalización de sus estudios. Ese año saca mediante oposición una plaza de profesor de Escuela Normal de Magisterio. Su primer destino fue Palma de Mallorca, donde residió tres años, hasta 1922. En ese periodo viaja por Francia e Italia pensionado por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, que fue otra de las instituciones creadas a comienzos del siglo XX dentro del ideario de la Institución Libre de Enseñanza.

En 1922 se traslada como profesor de literatura a la Escuela Normal de Huelva, donde residirá durante cerca de diez años. Aquí comienza su actividad política, apoyando las demandas de los obreros y colaborando en su organización sindical. Se afilia al Partido Socialista Obrero Español y en 1925 se hace masón, integrándose en la Respetable Logia Minerva de Huelva, en la que adopta el nombre simbólico de «Shakespeare». Masones también fueron su hermano Eduardo y otros muchos compañeros de estudios y militancia política. En Huelva escribe artículos pedagógicos para revistas de Madrid, y funda y dirige el periódico El Fraternal.

A fines de 1930, participa destacadamente en la lucha y en la huelga general contra la monarquía que organizan en Huelva, después del Pacto de San Sebastián, republicanos, socialistas y comunistas. Por esta causa es encarcelado en Sevilla. Su liberación llegará en abril de 1931 con la proclamación de la República. Este año contrae matrimonio en Huelva con María Leal García.

En junio de 1931 se presenta a las elecciones a Cortes con la candidatura de Conjunción republicano-socialista y sale elegido diputado por la provincia de Huelva. Se traslada a vivir a Madrid. En 1932 obtiene la plaza de inspector general de Primera Enseñanza y comienza a trabajar con Rodolfo Llopis, director general de Instrucción Pública, que era antiguo compañero de la Escuela Superior de Magisterio y correligionario político.

En 1932 colabora en las Misiones Pedagógicas, creadas el 29 de mayo de 1931, que tenían por objeto hacer llegar a los habitantes de localidades rurales «medios de cultura» desconocidos en esos pueblos hasta entonces: bibliotecas, lecturas y conferencias, audiciones de música y de discos, exposiciones de arte, teatro, proyecciones de cine, cursos para maestros, etc. Del 17 al 25 de septiembre, Martínez Torner formó parte de la misión que visitó el Valle de Arán (Lérida) y del 26 de septiembre al 5 de octubre estuvo en Ribagorza (Huesca). En el mismo equipo iba el dramaturgo asturiano Alejandro Casona, inspector de Primera Enseñanza destinado en el Patronato de las Misiones.

En 1935 publica el libro La enseñanza del idioma: bases para su metodología. Ese año es trasladado a la Escuela Normal de La Coruña y en 1936, con el triunfo del Frente Popular, volverá a su destino de inspector central en Madrid.

La Guerra Civil desbarata toda esta vida y en marzo de 1939, Florentino, su mujer y su única hija salen andando desde Cataluña a Francia, portando como única pertenencia la ropa que llevan puesta. Ese mismo año el matrimonio embarca en Burdeos en el barco «Sinaia» rumbo a Méjico y al exilio.

Sin documentos ni objetos de ninguna clase de su vida anterior, comienza en 1939 el último capitulo de la vida de Florentino Martínez Torner. Su primer trabajo en Méjico fue vendedor de maletas y después bibliotecario de la Biblioteca Pública del barrio Magdalena Contreras de la ciudad de Méjico. Fueron trabajos breves, porque en este país Florentino, al que no le gustaba dar clases, vivirá hasta su muerte de la traducción de libros franceses y sobre todo ingleses. Trabajó principalmente para las editoriales Fondo de Cultura Económica y Siglo XXI. Tradujo ensayos de sociología, economía, psicología, pedagogía, geografía, historia de la literatura, etc. En el catálogo de la Biblioteca Nacional de México aparecen alrededor de un centenar de obras traducidas por él.

En su exilio mejicano siguió escribiendo en periódicos, como el diario El Nacional, donde tenía una sección semanal titulada «Viñetas», y en la revista mensual Cuadernos americanos, fundada en 1942 y dirigida por Jesús Silva Herzog, miembro también de la junta de gobierno del Fondo de Cultura Económica.

En los primeros años en Méjico participó directamente en las actividades de los exiliados republicanos. Fue socio fundador del Ateneo Español de México, creado en 1949, y miembro de la sección de Literatura de la primera Junta Directiva. Trató con todos los personajes de ese mundo: León Felipe, Luis Cernuda, Emilio Prados, Max Aub, Luis Buñuel, José Moreno Villa, Juan Larrea, Indalecio Prieto o Luis Álvarez Santullano. Pero con el tiempo fue retrayéndose de la vida pública y cayendo en un estado de melancolía producido por el propio exilio, siempre pensando que su situación iba a cambiar en cualquier momento y que podrían regresar a España. Su hija lo recuerda como un «hombre entristecido». Además, su trabajo de traductor no permitía muchas alegrías y debía traducir muchas páginas para obtener unos ingresos dignos. No se jubiló nunca y murió en 1969, con 75 años.

Dos estudios geográficos y etnográficos sobre Asturias

El paso de Florentino Martínez Torner por la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio va a dejarnos dos trabajos pioneros en la investigación de la geografía y la etnografía de Asturias. En esta escuela se impartían asignaturas nuevas en la educación española, como psicología, antropología, fisiología e higiene, etc. Y entre las novedades educativas de esta institución se incluía la elaboración de trabajos prácticos y la participación en una serie de Seminarios Especiales, en los que los alumnos debían desarrollar una memoria o trabajo fin de carrera. Florentino tuvo como profesores en esta escuela a Ricardo Beltrán y Rózpide (1852-1928), catedrático de Geografía, y a Luis de Hoyos Sainz (1868-1951), catedrático de Fisiología e Higiene Escolar.

En ese tiempo, Luis de Hoyos era también uno de los más importantes promotores de los estudios de etnografía en España y para fomentar la investigación en este campo organizó un Seminario de Etnografía, Folklore y Artes Populares en el que alentó a muchos estudiantes a realizar estudios etnográficos en sus lugares de origen. En el caso concreto de Asturias, aparte de los trabajos de Martínez Torner, hubo más estudiantes que presentaron memorias de etnografía, como María de la Purificación Viyao, que escribió Datos antropo-etnográficos de la parte oriental de Asturias: el hombre y el medio (1920), y Romualda Ayuso Navarro sobre El traje regional: Oriente de Asturias (1921), y trabajos de geografía como los de Carmen Bravo Díaz-Cañedo, Monografía de Cudillero (1917), Julia García Fernández-Castañón, Monografía del valle de Aller (1917), María Asunción González Blanco, Monografía de la aldea de Roces (Gijón), y otra monografía anónima dedicada a Santa María de Luanco. Todos estos trabajos permanecen inéditos.

Los dos estudios de Florentino Martínez Torner son los primeros que se realizaron en Asturias en el ámbito de la geografía humana y de las construcciones rurales. No son muy extensos, pero son dos estudios que aplican un método de trabajo científico y riguroso, y que responden a un plan más amplio establecido por los profesores mencionados para profundizar en el conocimiento de la geografía y la antropología de España. El primero fue Llanuces. Monografía geográfica y lo realizó en su primer año de la Escuela Superior de Magisterio, durante el curso 1916-1917, bajo la dirección del profesor Beltrán y Rózpide. La elección de Llanuces, un pueblo del concejo de Quirós, se debió a que en él vivía una prima del padre de Florentino que se había casado allí. Los hermanos Martínez Torner pasaban en este pueblo temporadas durante el verano y era un lugar que conocían bien. El trabajo, según dice el propio Martínez Torner, sigue el método de estudio establecido por la geografía francesa, en concreto por C. Jourdan en su estudio sobre Les monographies de village (1903) y por Jean Brunhes (1869-1930) en su obra La Geographie humaine (1910), y sus descripciones se atienen a las recomendaciones de estos autores. La calidad de la monografía sobre Llanuces hizo que se publicase en 1917 en la Revista de Geografía Colonial y Mercantil, que era una publicación de la Real Sociedad Geográfica. En este tiempo, el profesor Beltrán y Rózpide era secretario de esta sociedad y en la citada revista se publicaron dieciocho monografías geográficas elaboradas por los alumnos de la Escuela Superior del Magisterio.

El segundo trabajo de Martínez Torner se titula Las construcciones rurales de Asturias. Apuntes para un estudio geográfico y etnográfico. Fue dirigido por Luis de Hoyos y se presentó en 1919 como memoria de fin de carrera. El trabajo fue supervisado por los profesores Ángel Vegue y Goldoni, de Historia del Arte, Beltrán y el propio Hoyos, que firmaron su visto bueno en la primera hoja. Este estudio no llegó a publicarse nunca. De él solo se conocía una breve comunicación presentada en el I Congreso Internacional de Artes Populares, celebrado en Praga en 1928, cuyas actas se publicaron en París en 1931. El trabajo permaneció en casa de Luis de Hoyos hasta 2001 en que sus hijas Nieves y Marisol de Hoyos donaron la biblioteca y el archivo de su padre al Museo Nacional de Antropología, heredero del Museo del Pueblo Español, que había fundado De Hoyos en 1934, y que hoy ha pasado a ser Museo del Traje.

El estudio de las construcciones rurales asturianas de Martínez Torner fue el primer trabajo científico que sobre esta materia se elaboró en nuestra región. Para ello realizó un trabajo de campo por gran parte de Asturias y llevó a cabo una consulta bibliográfica exhaustiva sobre la región y sobre los estudios de etnografía europea en esta materia. Esta última consulta le permitió observar las similitudes entre el medio rural asturiano y otros países de Europa. En la presentación del trabajo agradece la colaboración facilitada por el historiador Juan Uría Ríu (1891-1979), amigo de tertulia y uno de los primeros etnógrafos que hubo en Asturias, gracias también a sus contactos con Luis de Hoyos y Telesforo de Aranzadi en su época de estudiante en Madrid.

La primera parte del estudio es un análisis del medio físico y de la actividad económica que son determinantes en el desarrollo de la arquitectura rural. En él se presenta una clasificación de las construcciones basada en su funcionalidad, así como un estudio de los materiales, las formas y el poblamiento, aspectos que no se habían tratado nunca en Asturias. Por otra parte, es también una novedad en este campo el empleo exhaustivo de la fotografía y el dibujo para documentar las construcciones, presentando diseños de secciones y de plantas con la distribución interior de las viviendas.

El estudio fue hecho en poco tiempo, como el mismo autor señala en la cita nº 59 de la bibliografía, y con pocos medios, por ejemplo, echa en falta una cartografía a una escala grande, pues en ese año no había ninguna hoja de mapa a escala 1:50.000 de Asturias, y para sus mapas tuvo que emplear el mapa topográfico de Guillermo Schulz editado en 1855. Los datos que recoge sólo pretenden ofrecer una visión general de las construcciones rurales, pero también hay detalles de interés, como cuando dice, escribiendo sobre la decoración en las viviendas, que «en las zonas central y marítima del oriente de Asturias se extiende cada vez más la costumbre de tener macetas en los corredores y en las ventanas».

Muchos de las conclusiones de Martínez Torner en este trabajo, que permaneció inédito hasta el año 2005, las publicaron por primera vez otros investigadores en el último tercio del siglo XX, y es lástima que su trabajo no hubiese sido conocido en su momento, porque hubiese establecido un inicio científico al estudio de las construcciones rurales de Asturias.

Bibliografía

  • MUÑIZ TOCA, Ángel: Vida y obra de Eduardo Martínez Torner (Musicólogo, folklorista y compositor), IDEA, Oviedo, 1961, 46 págs.
  • ORTIZ GARCÍA, Carmen: Luis de Hoyos Sainz y la antropología española, CSIC, Madrid, 1987, 612 págs.
  • Patronato de Misiones Pedagógicas, Madrid, 1934, 148 págs.
  • RODRÍGUEZ ESTEBAN, J. A.: «La geografía en la Escuela Superior del Magisterio (1909-1932)», Ería: Revista de Geografía, 42 (1997).
  • SIERRA ÁLVAREZ, José: «Para una microhistoria de las monografías regionales españolas», Ería: Revista de Geografía (en prensa).
  • SUÁREZ, Constantino: Escritores y artistas asturianos, tomo V, IDEA, Oviedo, 1956, págs. 214-216.

Fuente: Juaco López Álvarez (director del Museo Etnográfico Pueblu d´Asturies, en Gijón), «Florentino Martínez Torner», reseña biográfica incluida en el libro Dos estudios geográficos y etnográficos sobre Asturias, editado en 2005 por el Museo Etnográfico de Quirós y la Red de Museos Etnográficos de Asturias. Gijón, marzo de 2006.

Sumario

Clasificación: Reseñas históricas

Clase: Educación

Tipo: Profesores

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Oviedo

Parroquia: Oviedo

Entidad: Oviedo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Comarca: Comarca de Oviedo

Dirección: Oviedo

Código postal: 33009

Web del municipio: Oviedo

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Oviedo

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Comarca de Oviedo

Está en el corazón de Asturias y su capital, Oviedo, es la del Principado y fue en el pasado capital del primer reino cristiano de la Península Ibérica y origen del Camino de Santiago.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Oviedo. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Dirección

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