Hermandad de La Probe y comunidad vecinal de La Foz de Morcín, Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2002

Pueblo Ejemplar en Lugar de Abajo [Morcín - Asturias]

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Descripción

Acta del jurado

Reunido en Oviedo el jurado del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2002, integrado por D. Jesús Arango, D. Evaristo Arce, D. Francisco Javier de la Ballina, D. Juan Campos Ansó, D. Efrén Cires Suárez, D. Nicanor Fernández, D. Joaquín Manzanares Rodríguez, D. José Luis Marrón Jaquete, D. Ignacio Martínez, D. José Luis Pérez de Castro, D. Ignacio Quintana Pedrós, D. Francisco Quirós Linares, D.ª Carmen Ruiz-Tilve Arias, D. Valentín Ruiz García, D. Miguel Trevín, D. Víctor Manuel Vázquez Fernández, presidido por D. Francisco Rodríguez y actuando de secretario D. Adolfo Barthe Aza, acuerda conceder el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2002 a la Hermandad de la Probe y comunidad vecinal de La Foz de Morcín, por su capacidad de iniciativa para dinamizar las actividades tradicionales, introduciendo elementos de innovación de la vida económica, social y cultural, cuyo valor trasciende de lo meramente local, para convertirse en un símbolo de progreso y solidaridad humana.

El jurado acuerda también felicitar a las candidaturas de Tereñes, en Ribadesella, y Somao, en Pravia, que resultaron finalistas.

Oviedo, 16 de septiembre de 2002.

Discurso del Alcalde de Morcín en el acto de entrega

Estamos todos en la localidad de La Foz de Morcín. Uno más de los preciosos rincones que nuestra Asturias guarda celosamente en el fondo de sus profundos valles, enmarcados bajo altivas montañas, las más bellas del país. Morcín, como concejo, se ubica en el centro geográfico de la región asturiana, diferenciando la zona urbana central con la dedicada a la dura labor de la minería. Esta privilegiada ubicación geográfica de Morcín ha hecho que históricamente haya sido habitada y transitada desde tiempos inmemoriales: así lo testifican los abrigos prehistóricos de Entrefoces, en ese largo desfiladero que, usted, señor, ha recorrido y que da nombre al pueblo, y también la maravillosa mole de caliza que está sobre nuestras cabezas, el monte Monsacro, pleno de vestigios históricos de celtas, romanos y de peregrinos a sus capillas medievales.

Es, pues, Morcín, y concretamente La Foz, un pueblo con hondas y arraigadas costumbres, amante de sus raíces históricas y tradiciones seculares; un pueblo con gentes sencillas y laboriosas, donde la dureza de la mina no ha cambiado su apego al mundo rural, cuyos hábitos permanecen incólumes en los caseríos de las aldeas diseminadas por la impresionante sierra del Aramo y de sus verdes laderas. La proximidad a las grandes urbes de Asturias, Oviedo, Gijón, Mieres, Avilés... ha facilitado, asimismo, a las gentes de Morcín una preparación cultural y laboral importante, a la vez que un talante abierto a todo tipo de iniciativas y de actividades.

De este modo, señor, podríamos decir que, en concreto los vecinos de La Foz, como reflejo de lo antes mencionado, son personas hospitalarias con los visitantes, solidarias consigo mismas, abiertas a las nuevas corrientes tecnológicas y socioculturales, pero, por encima de todo, celosas amantes de sus más ancestrales tradiciones. Sería largo y prolijo enumerar los logros que a lo largo de los más de cuarenta y seis años de actividad ininterrumpida, la Hermandad de La Probe, expresión absoluta de la inquietud vecinal de La Foz, ha conseguido. No me voy a detener, pues, en ello, en aras de la brevedad, pero sí de he resaltar que este pueblo, con menos de mil habitantes, ha sido capaz de convertirse en la capital quesera de Asturias –no olvidemos que Asturias es la región española con más variedad de quesos artesanos– y que la recuperación de su humilde queso, el «afuega´l pitu», elaborado desde hace cientos de años por nuestros antepasados, ha supuesto no solamente salvarlo de la desaparición total, sino convertirlo en el segundo más valorado después del formidable queso cabrales.

Nuestra inquietud y la de todos los municipios mineros no se agota en lo ya conseguido. Nos esperan aún grandes retos, especialmente en la búsqueda de nuevos yacimientos laborales y alternativas socioeconómicas.

En este sentido, Morcín, y todos los concejos de las cuencas mineras del Nalón y del Caudal, estamos buscando formas y fórmulas de desarrollo, de alternativas, en definitiva, al declive de la minería. Y queremos hacerlo solidariamente, cada cual aportando sus propios recursos naturales, culturales e históricos, pues ciertamente disponemos de muchos activos que deben ponerse ya en valor: paisaje inigualable, arqueología, historia, arte, cultura, gastronomía y, sobre todo, de una juventud preparada e ilusionada para afrontar el reto del futuro. El nuevo Museo Etnográfico de La Lechería, a ubicar en las ruinas industriales de los cargaderos de carbón del pozo Montsacro de Hunosa, que su Alteza visitará dentro de unos momentos, y el Ecomuseo, por la vía del desaparecido ferrocarril minero, serán una muestra de la inquietud de nuestras gentes y de nuestros jóvenes por diversificar las alternativas culturales, laborales y turísticas de la zona. El nuevo polígono industrial de Argame, en Morcín, el mayor de la cuenca del Caudal, será un hito más en este esfuerzo para consolidar positivamente el futuro de las jóvenes generaciones de las Cuencas y de toda Asturias.

Finalmente, Alteza, Morcín como concejo y La Foz como un pueblo más del mismo, se ha incorporado definitiva e irrenunciablemente a España, a Europa y al mundo. Hoy día estamos hermanados solidariamente con un concejo bretón, Lecousse (Bretaña francesa), cuyo alcalde está aquí presente con nosotros; con el sufrido pueblo saharaui, para ayudarlo humanitariamente, y lo mismo con Arroyo Naranjo –barrio humilde de La Habana (Cuba), en donde se encuentra don José Ramón Fernández Álvarez, vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, ministro de Deportes y Cultura e hijo adoptivo de Morcín, al ser su padre natural de este pueblo y emigrante a Cuba.

La Foz agradece de corazón el premio otorgado por el jurado, cuyos miembros están aquí presentes, y agradece la presencia de su Alteza y la presencia de todos ustedes. El mayor galardón para nosotros será, pues, el reconocimiento unánime a la trayectoria inigualable de toda una comunidad vecinal y especialmente a que la misma, de alguna manera, está colaborando solidaria y decisivamente para lograr una Asturias nueva, abierta a España, a Europa y al mundo entero.

En nombre de toda la Corporación municipal de Morcín, que me honro en presidir:

¡Gracias, Alteza, por su visita!

¡Gracias a todos!

(Juan Rionda, alcalde del concejo de Morcín, leyó este discurso ante el Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, en el acto de entrega del premio, celebrado en La Foz el sábado 26 de octubre de 2002).

Discurso en nombre de la Hermandad de La Probe

Nuestro sueño se ha hecho realidad. Alteza, su presencia hoy aquí representa la realidad tangible de un sueño y de una ilusión colectiva por la que han trabajado durante varios años todos los miembros de la Hermandad de La Probe y los vecinos de La Foz de Morcín para conseguir que llegase este histórico día que ha acercado hasta esta humilde, pero activa, comunidad a tan ilustre visitante, quien será recordado mientras este pueblo conserve su memoria.

Este galardón de «Pueblo ejemplar», que convoca la Fundación Príncipe de Asturias, es una feliz recompensa a la labor desarrollada durante más de 46 años, por todos y cada uno de los anónimos vecinos que han arrimado el hombro para trabajar en favor de su comunidad de modo altruista con la única finalidad de mantener vivas sus costumbres y de que el nombre de La Foz de Morcín se conociese más allá de estas montañas que nos rodean.

En 1956, un grupo de intrépidos vecinos, presididos por el recordado Elecino Estrada, se decidió a fundar una hermandad que organizara las fiestas del pueblo: las de la Virgen de La Probe. Algunos de ellos, por desgracia, ya no se encuentran entre nosotros. Otros, sin embargo, estáis aquí presentes viviendo esta histórica jornada.

Ese testigo fue pasando de generación en generación y la Hermandad de La Probe fue alcanzando con el paso del tiempo metas más altas que le dieron notoriedad por toda Asturias. El objetivo de organizar las fiestas ya se había quedado pequeño y surgieron otras iniciativas, como los certámenes del queso «afuega´l pitu», que han recuperado e impulsado a esta variedad quesera; la fiesta gastronómica de Santo Antón, con la degustación del pote de nabos y les casadielles; las ferias de quesos artesanos; los concursos de cuentos; los nabos de plata; los galardones de quesero mayor de Asturias; el Museo Etnográfico de la Lechería, y un sinfín de actividades que resultaría prolijo enumerar.

Todo esto no sería posible si no existiesen personas que anteponen el bien común al suyo propio. Trabajar en equipo y con humildad: ése ha sido el gran secreto del éxito de nuestra Hermandad de La Probe, que hoy se siente la más rica y afortunada del mundo.

Pero el éxito de esta Hermandad tampoco puede ser entendido sin el respaldo de todos los vecinos de La Foz, que han sido la cantera que ha nutrido a esta asociación. Los logros vecinales de construir con sus propias manos un ambulatorio médico que mejorase las prestaciones sanitarias, la instalación de uno de los primeros repetidores de televisión que dieron cobertura a la segunda cadena o la reivindicación de un servicio de farmacia son algunos de los hitos por los que han luchado y finalmente han conseguido esos anónimos vecinos de este pueblo.

Esta parroquia ha sido, allá por los años sesenta, tierra de promisión y de acogida para muchas humildes familias de otros lugares de nuestro país, e incluso de fuera, en busca del duro trabajo en las minas de carbón. Andaluces, gallegos, extremeños, castellanos o portugueses, todos ellos encontraron aquí un lugar donde vivir y donde formar sus familias. Este premio también es mérito de esas sencillas personas que les ha tocado vivir tiempos muy difíciles. El galardón no distingue entre nacionalidades, razas, ni lugar de nacimiento. Todos vosotros, los nacidos aquí y los vecinos de fuera, habéis sido parte activa, integrada en este pueblo, que ha forjado los méritos que nos han acercado hoy hasta aquí a tan ilustre visitante.

Un fiel ejemplo de que el pueblo de La Foz sigue siendo, aún hoy en día, tierra de promisión y de acogida, es el hecho de que ese banco de madera, que a partir de hoy será conocido como «El Banco del Príncipe», en el que va a quedar grabada la entrega de este galardón, ha sido construido con todo el cariño del mundo por dos carpinteros llegados apenas hace un año desde Rumanía, quienes han encontrado en La Foz el hogar de sus familias.

En nuestra Hermandad tenemos un lema: «Todos somos necesarios, pero nadie es imprescindible». Esto ha permitido que el verdadero protagonismo recaiga en la colectividad, es decir, en todos vosotros. Esos 46 años de vida no hubiesen sido posibles sin la participación activa de todos vosotros, de vuestros padres y abuelos, y ahora de vuestros hijos. Vaya desde aquí ese reconocimiento a todos ellos. A los que estáis aquí presentes y a los que, por desgracia, no pueden vivir este alegre día.

La juventud ha recogido el testigo y ha tomado el relevo asumiendo la responsabilidad de «tirar por el carro» en estos tiempos donde prima lo material y donde, por desgracia, es muy difícil que nadie trabaje sin tener una recompensa económica. La media de edad de los 40 miembros que conforman la actual junta directiva apenas alcanza los 24 años, dato que demuestra la implicación de los jóvenes en trabajar por conservar su cultura y las costumbres de sus antepasados.

Pero esa juventud se apoya en la veteranía y experiencia de los más viejos. Alteza, para que se haga una idea del excepcional equipo humano y de la implicación de las distintas generaciones, cabe decir que entre los más jóvenes, de apenas 12 años, y el de mayor edad, nuestro presidente, que ya ha cumplido los 66 y esperemos que cumpla muchos más, les distancian nada menos que 54 años.

Y permitidme que me refiera aquí a un hombre que lo ha dado todo por la Hermandad. Aunque sabemos que no le gustan los protagonismos y que lo va a pasar algo mal ahora, pues es más feliz trabajando en organizar las fiestas que encima de este estrado, permitidme que en nombre de todos sus compañeros de fatigas le dedique unas palabras. Me estoy refiriendo a José Suárez Díaz, conocido por todos nosotros como Lenín, nuestro presidente. Minero jubilado del pozo Montsacro de Hunosa. Lenín es uno de los supervivientes de aquella primera junta que fundó la entidad en 1956, pero además ostenta el noble récord de ser el vecino del pueblo que más años ha participado en las directivas de La Probe: nada menos que 27. Trabajando siempre sin ningún afán de protagonismo, hombre sencillo y humilde, que realiza una labor callada pero muy intensa, nadie mejor que él para recoger este galardón en este día tan señalado.

Alteza, cuando estrechó la mano de Lenín al entregar este premio, estrechó la mano de todos y cada uno de los vecinos de La Foz de Morcín, que le damos las gracias por haber hecho posible realidad nuestro sueño colectivo.

Cuando el 22 de octubre de 1999 un grupo de jóvenes directivos de la Hermandad de La Probe y vecinos de La Foz acudimos a San Antolín de Ibias, invitados por un empresario focetano, para conocer «in situ» lo que representaba la entrega del premio «Pueblo ejemplar» con la asistencia de su Alteza, vivimos una inolvidable jornada en un ambiente que despertó nuestro interés en trabajar para llegar a alcanzar algún día tan alto mérito.

Al año siguiente, en 2000, creamos dentro de nuestra junta directiva un grupo de trabajo que se encargó de presentar nuestra candidatura. Aunque no conseguimos el premio, no cesamos en nuestro empeño. La volvimos a presentar en 2001, tampoco lo conseguimos, pero los vecinos de La Foz y la Hermandad de La Probe volvieron a estar representados en la entrega del «Pueblo ejemplar» al valle de Paredes, en Valdés. Sabíamos que era una carrera de fondo y que, aunque no lo consiguiésemos ese año, seguiríamos perdurando en nuestro empeño. Nos marcábamos como meta el año 2006, fecha en la que nuestra Hermandad celebrará sus bodas de oro.

A la tercera fue la vencida. Cuando el pasado 16 de septiembre, en plenas fiestas de la Virgen de La Probe, llegó la feliz noticia de que habíamos alcanzado el galardón, le puedo asegurar que fue el día más importante y de mayor alegría colectiva que se vivió en la historia de nuestro pueblo. Esa fecha quedará ahora en un segundo plano tras la histórica jornada que estamos viviendo aquí con su presencia.

Alteza, dice el refrán que de bien nacidos es ser agradecidos. Y quisiera, antes de finalizar, dar las gracias en nombre de la Hermandad de La Probe y de la comunidad vecinal de La Foz de Morcín a todas aquellas personas y entidades que han hecho posible que nuestro sueño se convirtiera en realidad. En primer lugar, a los miembros del jurado de la Fundación Príncipe de Asturias, por habernos votado; en segundo lugar, al Ayuntamiento de Morcín, por habernos presentado, y en tercer lugar, al Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo por habernos asesorado. Y a todas esas anónimas personas que han trabajado estos 46 años y que han forjado los méritos para que podamos disfrutar este histórico día. Este premio es vuestro.

(Fernando Delgado leyó este discurso en nombre de la Hermandad de La Probe).

Discurso de S.A.R. Don Felipe de Borbón en el acto de entrega

Sé con qué intensa alegría habéis celebrado, unidos, la concesión del premio «Pueblo ejemplar» y sé también con cuánta emoción esperabais la llegada de este día, en el que mostráis a todos, con legítimo orgullo, el trabajo que habéis realizado con tesón y entrega.

Como cada año, el acto de entrega de este premio me permite conocer mejor a los asturianos, y el patrimonio cultural y la maravillosa naturaleza de Asturias.

Vengo, por ello, ilusionado y con enorme interés a conocer de cerca y admirar vuestra obra, que ha merecido el reconocimiento del jurado y tantas y tan justas felicitaciones.

A vuestro alcalde, a la Corporación municipal, a la Hermandad de La Probe y a todos vosotros mi mayor agradecimiento por vuestra cariñosa e inolvidable acogida.

En este momento de expresar gratitudes, quiero recordar a quienes, como vosotros, han presentado este año las candidaturas de sus pueblos y trabajan con admirable entusiasmo para que sus comunidades logren este premio que tanto hace por una Asturias mejor. También quiero expresar al jurado mi gratitud por su dedicación para engrandecerlo.

En la edición de este año, al distinguir a la comunidad vecinal de La Foz de Morcín y a la Hermandad de La Probe, el jurado ha querido destacar el equilibrio que habéis logrado entre el amor a las tradiciones y la inquieta e ilusionada actitud frente al porvenir, vuestra capacidad de iniciativa y solidaridad vecinal y vuestro ejemplo de unión y sacrificio.

La Hermandad de La Probe nos muestra, de manera admirable, única, cómo habéis llevado a cabo todas estas inquietudes, cómo la convivencia y la solidaridad son instrumentos fundamentales de vuestro anhelo de superación. Es realmente digno de elogio, también, el entusiasmo con el que los jóvenes participan en todas las actividades e iniciativas de la Hermandad, dando a todos un ejemplo de continuidad en el tiempo, imprescindible, en tantas ocasiones, para alcanzar el éxito.

También se os premia por la promoción que hacéis de vuestros productos tradicionales, como son los derivados de la ganadería y de la leche, y la especial atención que brindáis a vuestros quesos, que han alcanzado grande y merecida fama.

Es digno de elogio vuestro esfuerzo por conservar la tradición minera de estas tierras, a pesar de los problemas que se producen ante las inevitables transformaciones sociales.

La concesión de este premio es, sin duda, un estímulo para vuestro espíritu emprendedor y comprometido, ahora más necesario que nunca para adaptarse a los profundos cambios que vive la Humanidad. El mundo nuevo va a exigirnos que huyamos de lo fácil, que nos enfrentemos y abandonemos lo superficial y lo banal, y que encontremos en la confianza en nosotros mismos, en la cultura y en los valores morales la guía más segura para ser más felices. Poco hay de valioso y de prometedor en nuestras vidas que no naca de la superación de las más duras pruebas y de cuantas dificultades surjan a lo largo de nuestro caminar por ella.

En este mundo nuevo, los pueblos están llamados a recobrar una gran parte del papel excepcional que han desempeñado en el pasado, pues volverán a ser lugares privilegiados para la convivencia y factores esenciales para el progreso. Vemos ya cómo se va alejando de ellos la amenaza de la despoblación y observamos cómo, poco a poco, quienes los abandonaron, o sus descendientes, regresan a sus raíces, buscan la paz y la seguridad de sus campos, reconstruyen las casas de sus antepasados o construyen otras nuevas.

Nuestros pueblos son la fuente de la que puede renacer una vida más natural y de alta calidad, gracias al desarrollo de las comunicaciones, al progreso de las tecnologías y a los avances de la vida moderna. Han de ser, asimismo, vanguardia en la defensa del medio ambiente, el lugar donde el hombre dialogue respetuosamente con la naturaleza, cuide sus bosques y siga roturando sus tierras; un lugar entrañable, donde se conserven el folclore y las tradiciones, los relatos orales que nos entregan como el mejor de los tesoros nuestros mayores.

Todas estas ideas cobran aquí, en La Foz de Morcín, al pie del majestuoso y mágico Monsacro, su verdadero sentido, pues vuestro envidiable y ejemplar espíritu de comunidad y ese deseo tan vuestro de colaborar unidos os permiten permanecer fieles a las más hermosas lecciones que os han legado vuestros antepasados. Seguid transmitiendo con el mismo amor y la misma unión todos esos valores a los más jóvenes. Seréis así ejemplo y estímulo para los demás pueblos de Asturias y de España.

Muchas gracia

Sumario

Clasificación: Eventos

Clase: Fundación Princesa de Asturias

Tipo: Pueblo Ejemplar

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Morcín

Parroquia: La Foz

Entidad: Lugar de Abajo

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Comarca: Comarca de la Montaña Central

Dirección: Lugar de Abajo

Código postal: 33161

Web del municipio: Morcín

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Morcín

Concejo de Morcín

Las Reliquias y la historia del Monsacro, parajes únicos para el senderismo o la bici, el queso Afuega'l Pitu y unas gentes abiertas y hospitalarias, o la belleza del embalse de Los Alfilorios. Así es Morcín.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Morcín son: Mieres, Quirós, Ribera de Arriba, Riosa y Santo Adriano. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Morcín, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de la Montaña Central

Corazón de la Cordillera Cantábrica con cumbres y puertos que traen a la memoria gestas heroicas; vías romanas y camino de Santiago; escondite idílico de Reliquias; aldeas de ensueño; templos Patrimonio de la Humanidad; estaciones de esquí; minería, patrimonio industrial y un Parque Natural que es Reserva de la Biosfera.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Aller, Lena, Mieres, Morcín, Ribera de Arriba y Riosa. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Dirección

Dirección postal: 33161 › Lugar de Abajo › Morcín › Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí

 



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